RENUNCIA A LA REPRODUCCIÓN EN EL REINO ANIMAL

¡Buenas! Algunas especies de animales se organizan en sociedades complejas, en las cuales, los individuos se dividen en grupos desempeñando diferentes tareas; reproducción, cría, defensa ante depredadores y búsqueda de alimento. Los ejemplos más comunes son las de los insectos sociales, como las abejas, hormigas y termitas. Además, cada individuo se diferencia morfológica y fisiológicamente dependiendo de la tarea a desempeñar. Sin embargo, no son los únicos, hay otras especies dentro de los vertebrados que también se organizan en este tipo de sociedades. Lo llamativo de estos grupos es que hay diversos individuos que renuncian a la reproducción para desempeñar tareas como crianza o defensa del territorio. Ante esta peculiaridad surgen dos grandes preguntas; ¿por qué ayudan los individuos? Y ¿por qué no se dispersan para reproducirse en otro lugar?


Selección por parentesco

Teoría formulada por el biólogo William D. Hamilton (1936-2000) en los años sesenta. Según esta teoría, los individuos pueden transmitir sus genes de dos formas; por una vía directa, es decir, engendrando hijos, y por una vía indirecta, esto es, ayudando en la crianza de los familiares.
La selección por parentesco favorece a los familiares que ayudan porque la descendencia comparte también con ellos una parte de sus genes. Lo que nos viene a decir es que los ayudantes son parientes cercanos de las crías y con su ayuda aumentan la eficacia biológica* de éstas.
Veámoslo con un ejemplo. El abejaruco de frente blanca (Merops bullockoides), llamado comúnmente así por alimentarse principalmente de abejas, anida en colonias, cuyos nidos se encuentran en las paredes arenosas de muchas zonas de África del sur. Cada colonia se divide en grupos llamados clanes, que se componen de 3-6 familias formadas por un par de reproductores y 1-5 ayudantes. Estos ayudantes, de 1 año de edad, son descendientes de los progenitores. O dicho de otro modo, los hermanos mayores ayudan a los pequeños a alimentarse y sobrevivir, sacrificándose ellos mismos ante posibles depredadores. 

*Eficacia biológica: capacidad de un organismo de sobrevivir y transmitir sus genes a la generación siguiente. 


Restricciones ecológicas

Una pregunta que nos puede surgir en estos casos, es por qué los ayudantes no se dispersan a otros territorios y se reproducen en ellos. Una teoría formulada por Emlen en 1982 llamada “hipótesis de saturación del hábitat” nos responde a este interrogante. Según esta teoría los individuos tienen dos alternativas: dispersarse a otros territorios y criar, o permanecer en el natal sin procrear colaborando en la crianza de los hermanos. La permanencia en el mismo lugar de origen puede ser favorecida por la superpoblación y la ocupación de todos los territorios de calidad, o por el peligro de depredación que conlleva el traslado a otras zonas.
Veámoslo con dos ejemplos para entenderlo mejor.
  • La rata topo lampiña o desnuda (Heterocephalus glaber) es un mamífero social que vive en grupos familiares de 10 a 290 individuos. Sólo hay una hembra reproductora que se aparea con un solo macho, los demás individuos se encargan de diferentes tareas en función de su edad y tamaño. Las condiciones áridas de África y la escasez de alimento (bulbos y tubérculos) reducen las ventajas de criar en otros lugares, por lo que la competencia por ocupar el puesto de los adultos reproductores que mueren es intensa y a veces sangrienta. Si queréis saber más curiosidades sobre este especial animalito para la ciencia, tenemos una entrada en el blog: https://biofiv5.blogspot.com.es/2016/11/las-peculiaridades-de-la-rata-topo.html
  • Los peces coralinos, como el gobio esmeralda (Paragobiodon xanthosomus), viven en sociedades formadas por una pareja reproductora e individuos de menor tamaño que no se reproducen. Un estudio elaborado por Peter M. Buston y Marian Y.L. Wong demostró que el desplazamiento de un coral a otro expone a los gobios a caer presa de un depredador y este riesgo aumentaba con la distancia entre los corales. Con lo cual, los gobios prefieren quedarse en su territorio a pesar de no reproducirse. 

Beneficios en el futuro

Una gran ventaja que tienen los individuos que no se reproducen de quedarse en su territorio natal, es que cuando muere la pareja reproductora pueden heredar ese territorio. Esto se ha demostrado con dos estudios independientes:
  • El primero, un estudio elaborado por los ornitólogos Glen E. Woolfenden y John W. Fitxpatrick entre los años setenta y ochenta con el ave chara floridana (Aphelocoma coerulescens). Endémica de Florida, presenta una sociedad similar al abejaruco frentiblanco, con una pareja reproductora y 1-6 ayudantes en un mismo nido. Se observó que la chara joven que abandona su territorio natal tiene pocas probabilidades de encontrar otro territorio y criar, a diferencia de cuando permanece en su lugar de origen, ya que se beneficia directamente al heredar ese territorio.
  • El segundo, un estudio elaborado por los mismos investigadores que hicieron el estudio de los gobios, pero en este caso, con el pez payaso (Amphiprion percula). Los individuos que no se reproducen siguen una jerarquía de tamaño, con lo cual, al morir uno de los individuos de la pareja reproductora, el pez no reproductor de mayor tamaño heredó el puesto en la colonia.

Restricciones sociales 

Con todas las teorías anteriores se entiende por qué los ayudantes permanecen en su territorio natal, en vez de buscar por su cuenta otra zona alejada. Sin embargo, se plantea otra pregunta, ¿por qué los individuos esperan a heredar su territorio, en vez de luchar por él?
Una posible explicación es que existan restricciones sociales, tales como:
  • Riesgo de endogamia: apuntado por los etoecólogos Walter A. Koening y Frank A. Pitelka en base a un estudio con carpinteros belloteros (Melanerpes formicivorus), un ave (desde el sur de los Estados Unidos hasta Colombia) que también vive en comunidades sociales formadas por más de 10 individuos y cuyos ayudantes se encargan de la crianza y defensa del territorio. La endogamia (unión de dos individuos emparentados) es una desventaja reproductora, por tanto, se plantea que si la lucha por el puesto implica aparearse con un pariente, la selección natural va a favorecer el aparearse con otro individuo genéticamente distinto. 
  • Tamaño del individuo: En varios estudios elaborados por Peter M. Buston y Marian Y. L. Wong con los peces coralinos (el gobio esmeralda y el pez payaso) se observó que los individuos reproductores de mayor tamaño expulsaban a los peces no reproductores de tamaño similar. Por tanto, para evitar esta posible confrontación los peces no reproductores siempre son de menor tamaño al dominante y así poder quedarse en el coral. 

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